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miércoles, diciembre 11, 2013

Perdones

Sólo sé que entre las cicatrices de tu alma estaba la aguja con hilos que cosía las mías. Sólo sé que en el aletear de párpados de tus ojos vivían mis promesas más marchitas. Olvidé el gasto de horas grises, el humo, mis cuatro paredes… los gestos vencidos, mis venas, mis manos encallecidas, el peine. Recobré la luz en la arboleda perdida, en la hojarasca que dejó heridas de guerra y nos convenció de comprarnos un mundo rectangular de rayas verdes, azules, blancas y amarillas… un mundo suficientemente pequeño para vivir agarrados, de costado, sintiendo el respirar de tu pecho sobre mi mano inerte. Me prometiste el tiempo, la verdad, el futuro, tus pasos de baile. De vez en cuando vuelven a regar mis pies tus ojos cansados… de vez en cuando recolecto soles y trato de entregarte todos y cada uno de ellos…pero hay días que se me resbalan y caen quebrados al cielo. En mi camino de piedras amarillas de direcciones marcadas y tu duda constante sobre mi ser o no ser. Te quiero demasiado para decírtelo y sin embargo me traiciono cada día más de cien veces... te quiero tan mía que me doy hasta miedo... y mis ganas nunca ganan la partida a tus dudas... y mi ilusión se queda en nada, en paso quebrado, en silencio... Mis más sinceros perdones, vida mía... te quiero demasiado por eso... sólo por eso... 

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