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viernes, septiembre 13, 2013

_-Nunca una risa iluminó así-_

  • - Nunca una risa iluminó así – Solía repetirse una y otra vez lo mismo para sus adentros. - Nunca una risa... -

Aquella risa era una mescolanza de añoranza, paz y deseo. Lo suficiente para suponer un faro en la oscuridad a cualquier oído que la escuchase. Pausada, con mirada de canela y miel, de labios rotos por morder ilusiones y una mezcla a olor añejo y brisa fresca. Dio un portazo a aquella vida mía dormida y falseada para poner el mundo patas arriba, mi mundo... Comenzó por recoger y ordenar los recuerdos, esparcidos por doquier en un amasijo de nervios, miedos y besos guardados. Abrió las ventanas mal encaradas de mis ojos para encontrarse con los suyos. El tacto frío de la luna impregnado en cada pequeño lunar de sus brazos, de su espalda, el cuello terso y suave como ropa recién lavada. Y llovía. Aquellos primeros paseos entre rosas amarillas devoradas por el tiempo, cuestas de subida y de bajada y visitas a templos que no estaban escondidos en su cuerpo. Las calles mojadas, la gente alrededor y un batir de alas incesante para subir al cielo... y la certeza de que todos los dioses me guiñaron el ojo en la Almudena.

Es verdad que nunca una risa iluminó así. Es verdad que otras risas vinieron antes y con la misma fuerza que vinieron quisieron marcharse, llenas de cosas, buenas y malas, dejando las habitaciones plagadas de recuerdos, esparcidos por doquier. Es verdad que ahora que no estás añoro cada segundo como si no hubiesen existido antes segundos previos cargados de risas que iluminaban así. Entre miedos y pasados, entre dimes y diretes, quebrados los pasos por desandar calles infinitas, tus manos frías surcando mi espalda, los trovadores de besos en mejillas musicalmente imperfectas, tus pendientes caídos, tus heridas de guerra, tus pies devorados, mi paraguas, el agua que calaba el cuello de mi camisa, tus medias y las horas... y por supuesto tu risa... porque es cierto, porque sí, porque... nunca una risa iluminó así.

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