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viernes, diciembre 13, 2013

El último trocito de papel
tu sombría mirada
el llanto de aquella mujer
tus pies y manos heladas.
Entre el camino desandado ayer
y mis dudas de montañas,
de sístoles y diástoles de aguamiel
de cierre al aire de contraventanas.
Y el futuro es tu rostro, es tu vejez,
al lado de mi brazo retorcido
como el tronco carcomido de mi tez
y las hojas verde olivo del olvido.
Siénteme tan cerca que no llores
en las horas de hastío del mañana
no agotes nunca esas risas, esas poses
de niña traviesa que pide diez minutos más de cama.
Y entre el rostro de lo hablado,
del iris que susurra,
de mi oído sordo de recitar palabras
el bienvenido a fuego de poeta... que no quiero ser contigo.
Perdona amor por ser a veces tu amigo.
Perdona amor por parecer, en ocasiones, tu enemigo.

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