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lunes, mayo 03, 2010

Por recorrer pasados...

Por recorrer pasados, esos pasados que hicieron que emigrara, que cerrara para siempre la cortina metálica y pusiera un se traspasa a todo aquello. Por deambular nuevamente por lo pordiosero del tiempo, por escudriñar por aquel agujerito y recordar en la vaguedad de la memoria la luz de alguna frase. Recuerdo perfectamente aquel día. Fue un 28 de Agosto, de los muchos que hay y ha habido a lo largo de la vida, cierto, pero un 28 cargado de derrota. Recuerdo vagamente sus formas de marioneta de risas, sus pasos de baile, su terrible y contagiosa alegría. Aquella no era una mujer como las demás. Desconectada de problemas un saludo era una ráfaga de optimismo, un adiós un caudal de confianza, un hasta siempre verdaderamente certero. No olvidé porque me separé de aquella senda, ni siquiera hoy cuando he vuelto a asomarme a aquellas cercas mal cosechadas. Fue aquel 28 el que por momentos hizo replantearme todo el mundo… para nada. Aquel impulso de aire fresco tenía nombre de mujer, mujer de la que jamás me enamoré, aunque era preciosa. Esta no es una licencia literaria que me tomo, realmente, en lo poco que conocí, su belleza era a raudales tanto externa como interna; imposible no acercarte a ella como polo opuesto de un imán cualquiera. En realidad aquel 28 ya era todo tarde. No conocía realmente aquel río de vida. No conocía sus vicios, sus manías ni sus sueños. Apenas intercambiamos mensajes en páginas de internet, así que jamás llegaré a saber cómo llegó a concretarse todo aquello. Aquellas letras siempre dichas con la más amplia sonrisa, nunca vista, siempre idealizada. Aquel fervor por respirar, por el ser feliz y alejar los problemas allá donde las sombras los cubran para no verlos. Aquel todo de ser aunque nada se fuera. Aquel Atlético tuyo, y mío, y sus desgracias… si pudieras verles ahora, 24 años después en finales europeas. Tus recomendaciones de patatas con mahonesa en los alrededores del Amstel, o esa pasión por París o por Italia. Tu aroma, aunque inoloro, era terriblemente atractivo. Tus formas, tu sentir, tu palmear. Tu mano siempre abierta para recibir el peso  y soltar ayuda. Recuerdo, malamente, aquel 0-0 contra el Betis, aquel partido que viniste a ver a oscuras, al tercer anfiteatro del Calderón, donde tantos y tantos esperan. Reconozco que siempre me culpé por no saber decir qué tal en tanto tiempo, por no asomarme a ver qué te pasaba. Reconozco que tampoco era consciente de que allí, en algún lado, algún niño había crecido lo suficiente para dejar de creer en hadas y Campanillas, en Peter Pan y cuentos de Nunca Jamás… y se nos olvidó dar palmas. Cuatro meses después de aquel abril, de aquel 29 de Abril, me digne a regresar a pintar las paredes del salón… a jugar con la bola de discoteca de tu habitación y al encender la luz saltaron los plomos. En aquellas vagas palabras que iban y venían siempre en sonrisas, ya lo he dicho, se perfiló lo que parecían amenazas de extraños personajes y con ello el ímpetu de mil demonios blancos para acabar con ello. Aquel viaje Murcia- Madrid. Aquella sala de hospital. Aquel veneno de asfalto sin delicadeza para despedidas… Todo un verano de grises y azules… hasta aquel 28 de Agosto del 2007 en el que tu nada se hizo presente en forma de letra de quien no eras tú. Obligaciones, recuerdos, memoria. Entre el Prado, el Louvre y aquel córner tan de Pantic como tuyo. Aquellas noticias que cortaron durante días las alas de mil mariposas… pero ya llegaba cuatro meses tarde. Nunca he llegado a saber cómo alguien tan anónimo pudo serme tan querido. Nunca comprendí esa aureola que transmitías con sólo un par de clicks de ratón. Esa contagiosa fuerza por superar montañas, como si la vida se te quedara tan pequeña que por fuerza tenías que ir a algún sitio mejor. Aquella lección tan tuya llevada hasta su extremo de que esta vida no son más que dos días y ya hemos perdido el primero… Aquella temporada terminamos jugando la UEFA gracias a que ganamos a los rumanos del Gloria Bistrita… luego caímos contra el Bolton, pero eso es otra historia. Como esto… 3 años después y por volver a aquellos lugares que tenía cerrados por recuerdos…  

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